VIVIR DE LA FOTOGRAFÍA

Pablo Axpe
Leo sonriendo un magnífico artículo en el blog de Spottorno, que recoge, a su vez, el hilo de la conversación iniciada en el blog de Blank Paper, en el que planteaban la pregunta que preocupa a tantos: ¿se puede vivir de la fotografía hoy en día?. Estoy absolutamente de acuerdo con Carlos cuando afirma, con su contundencia habitual, que se puede vivir perfectamente de la fotografía si tenemos una visión amplia del medio y desarrollamos capacidades diversas (idénticas a las empresariales), aceptando trabajos de encargo (¿por qué no? Cartier-Bresson, Avedon, Newton, Gibson, Madoz y muchos más lo hicieron) porque "de lo que no se puede vivir es del cuento":
"A cambio de estos trabajos de encargo, nos darán euros, o dólares, con los que podremos ir a fotografiar los descampados solitarios que tanto nos gustan, autoeditarlos, y celebrarlo con nuestros colegas fotógrafos bebiendo absenta y recitando a Beaudelaire.
Una cosa no quita la otra. A los que creen que no es posible vivir de la fotografía, les aclaro una cosa: lo que no es posible es vivir del cuento, pero de la fotografía es perfectamente posible. Eso sí, hay que meterse en la cabeza que un fotógrafo es una empresa de servicios y por lo tanto necesita una inversión en formación, análisis de mercado, marketing, contabilidad, optimización de recursos, asistir a festivales y encuentros, estrategia de redes sociales, plan de exportación y todo lo que las empresas hacen normalmente".
La Fotografía es un medio escurridizo, bastardo y precario, parafraseando a Schaeffer, cuya riqueza precisamente la constituye su estatuto complejo. Fotografía es lo que hacen las agencias inmobiliarias para vender sus pisos, fotografía es lo que hacen los forenses para documentar sus autopsias, fotografía es lo que hacen las agencias publicitarias para seducirnos, fotografía es lo que hacen los autores para contarnos su visión subjetiva del mundo... Abre tu mente y busca nuevas posibilidades en las que desarrollar tus capacidades fotográficas. Valga como ejemplo Pablo Axpe, un joven fotógrafo de Barcelona al que conocimos en el visionado de porfolios de Photoireland. Con tan sólo 22 años y su Grado en Fotografía por el Idep recién estrenado, ha decidido simultanear sus proyectos personales con la fotografía de producto, desafiando a sus profesores que condenaban el género. Sin embargo, Pablo ha abierto los ojos, se ha sumergido en el mundo de las tres dimensiones (¿de qué otra manera se puede concebir hoy en día la fotografía de producto?) y se ha especializado en iluminación para CGI, es decir, en iluminar la virtualidad y los objetos sintéticos. ¿Algún problema?. Y quién sea capaz de decir dónde están los límites, que inicie el debate.

2 opiniones:

Anónimo at: 20.7.12 dijo...

Robert Frank : “Art school is another problem, teaching students to be blind” (Las escuelas de arte son otro problema, enseñan a los estudiantes a ser ciegos), “Editors are worse—they poke the artist’s eyes out.” (Los editores son los peores-ellos le sacan los ojos al artista).

Mónica Lozano at: 22.7.12 dijo...

Bueno, admiro mucho a Robert Frank (aunque no envejeció con la dignidad que hubiera deseado), y supongo que hay muchos tipos de escuela de arte, pero en mi caso, la que yo conozco, la de Murcia, no es así. Todo lo contrario. Nuestro principal objetivo es que los alumnos aprendan a abrir los ojos :)

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