Léo Weissenbach es un joven fotógrafo suizo, formado en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Serra i Abella de Barcelona. Cuando terminó el bachillerato de arte en su país empezó a estudiar historia de las religiones antes de mudarse al nuestro, donde descubrió la fotografía y los viajes. Uno de ellos lo trajo a esta tierra del sur, donde desarrolló un proyecto interesante, "Llamada del sol, una mirada sobre el absurdo", en el que se sumergió en los paisajes agonizantes de las urbanizaciones semiabandonadas de la periferia, esas que crecieron en torno a campos de golf que ya no existen, espejismos en medio del desierto murciano, para cuestionar ese modelo de crecimiento que a nosotros tampoco nos gusta.
"España, 45 millones de habitantes. Mientras escribo estas lineas escucho la cifra de cuatro millones y medio de parados de los cuales la mitad son gente joven formada. ¿Qué es lo que ha sucedido después de tantos años de crecimiento económico ejemplar del 3% y por qué ha pasado?
Durante estos años de gloria se construyeron en España más viviendas que en Alemania, Francia e Italia juntos. Hoy en día el número de viviendas desocupadas asciende a más de un millón. Podemos suponer que la vía escogida que desembocó en este porcentaje de crecimiento no era la más adecuada. El sector de la construcción fue el motor y responsable principal. El sector de la construcción y su evolución en España durante los últimos años son el eje central de mi trabajo, además de ser el sector que más sufrió las consecuencias de la crisis del 2008, haciendo explotar la burbuja inmobiliaria. Aproveché entonces para investigar sobre este tema, buscando un micro ejemplo que pudiera funcionar como retrato de los tiempos que estamos viviendo.
Fue la ocasión de un viaje no solo físico, sino también intelectual. Un viaje de Barcelona a Murcia, de Guy Debord a Jhon Galbraith, de la sociología a la economía, para confirmar mi pensamiento de que la fotografía sobre todo es un pretexto. El denominado monocultivo urbanístico, cultura del ladrillo o burbuja inmobiliaria ha estado incendiado políticamente, sobre todo desde los ayuntamientos que veían en la recalificación del suelo su principal fuente de financiación y enriquecimiento.
La crisis de 2008 ha supuesto para España el estallido de la burbuja inmobiliaria, consecuencia de 20 años de especulación sin límite".
"Este trabajo fotográfico es el retrato del fracaso de un sistema y sus consecuencias. Campos de golf secos, ciudades fantasma y obras abandonadas sin finalizar. Detrás de estos tristes edificios o de estas casas lujosas pero inhabitadas se esconden las huellas de la corrupción, la lucha por el agua o el blanqueo de dinero. Además de esto, se podría cuestionar el modelo de construcción del tipo “urbanización” donde se promueve un estilo de vida cerrado hacia el exterior y replegado sobre sí mismo. Viajé varias semanas por la zona de Murcia y Alicante realmente sin saber a donde iba, en busca de estas ciudades extrañas".
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