VERU ICHÉ Y SU CUADERNO DE SUEÑOS

Nacida en el Mar de Plata (1972, Argentina) pero afincada en Palma de Mallorca (España), Veru Iché representa, sin duda, una corriente de aire nuevo en la fotografía aunque sus imágenes parezcan sacadas de un estudio del XIX. Representada por Blanca Berlín desde 2009, esta autora acaba de ser premiada en la última edición de Madrid Foto (ABC 10/06/2012), donde tuvimos la suerte de contemplar su obra. El jurado dijo que su trabajo contenía "una sucesión de miedos, tradiciones y lazos borrosos, que nos remiten a la incertidumbre y la subjetividad del pensamiento humano". Elena Ochoa, a la que no se le pasa una, ya reconoció su trabajo y se lo becó dentro del proyecto C Action en C Photo Nine y le compró la serie "La señorita", que ahora forma parte de la colección de Ivory Press.

Con maravillosas resonancias de la obra de Francesca Woodman y Sarah Moon, con la que comparte su doble faceta de fotógrafa de moda, sus imágenes están llenas de capas de significado que se superponen a la vez con delicadeza y fuerza, creando un conjunto que sobrecoge, seduce, sorprende y engancha.

Hay pocas referencias a su trabajo en la web pero en El blog de Paco podéis encontrar una magnífica sobre el "Almanaque autómata" que hizo para Blanca Berlín en 2011, con Jaime Compairé, y en la revista Menú un esplédido porfolio, donde explica cómo empezó en la fotografía y de dónde nacen sus imágenes, de las que hemos extraído estos fragmentos.
"Vamos a imaginar que escribo desde un lugar remoto donde las cosas no suceden de la forma en la que estamos acostumbrados y, en este lugar, una vez al mes regalan cuadernos por la calle para que escribamos nuestros sueños. Muchos de estos cuadernos ya escritos se encuentran por las aceras, en los cubos de la basura, en museos, baños públicos, cajas fuertes, etcétera...
Encontré uno que decía "Los seres que habían decidido convertirse en otros seres se desnudaron con humildad. Tan puros, bellos, casi santos, casi vírgenes, volaron hasta las ramas de los pocos árboles que quedaban en pie y desde allí, junto a los pájaros y otras alimañas preciosas, observaron la guerra en la que se debatía la miseria y lloraron por todo y por la cercana nada, lloraron incansables. Para muchos ese llanto fue una provocación".
A partir de los textos encontrados y propios de la literatura de los sueños confecciono las escenas de mis fotos, que suelo trasladar a escenarios naturales. 
Trabajo también con la recreación del recuerdo. Por ello, siempre intento que la gente me cuente historias, sobre todo la gente mayor. A medida que pasa el tiempo, el recuerdo se hace parte del sueño o ambos se alimentan del mismo plato. La mente inventa todo el tiempo, acomoda, transforma y ésto es lo interesante para mí, descubrir cómo este ejercicio transforma la realidad".
"En este lugar remoto donde vivo ahora, la mentira no es una atrocidad, se vive como algo creativo, no es castigada porque se usa con fines libertarios. Las fotos que confecciono son un intento de rescatar estos inventos de la mente y coleccionarlos como un tesoro. Cada una es un extracto que contiene la información más salvaje de mis mentiras".
"Aunque es importante para mí crear imágenes que puedan dar lugar a otras historias, muchas veces más increíbles que las propias, debo reconocer que en mi obra hay una fuerte intención de manejar estas historias como si fuesen recuerdos, de la misma forma que actúa el subconsciente en relación con el momento de reconstruir cualquier episodio, sobre todo los propios, enlazando, inventando los encastres, borrando lo que no queremos recordar o hasta  aumentando las tragedias; múltiples ejercicios mentales que intento reproducir en mi trabajo".

1 opiniones:

Anónimo at: 29.7.12 dijo...

me llena de simpatia, son la unidad de un tiempo que incluso ocurria sin memoria, hoy quizas tambien.

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