LA MEJOR CÁMARA DE PLACAS DE LA HISTORIA


 
Con motivo del Día Internacional de los Archivos, el General de la Región de Murcia celebró hace unos días una jornada de puertas abiertas que quiso destacar la importancia de la fotografía como parte significativa del patrimonio documental. Allí y hasta el 20 de julio se puede visitar una interesante exposición donde encontraremos una selección de preciosas cámaras antiguas y fotografías de los siglos XIX y XX, conservadas en el AGRM. Además se ha recreado un estudio fotográfico de época y, si nos atrevemos a posar en él a modo de retro photocall, nos llevaremos gratis nuestro retrato. 

Hoy hemos visitado la exposición y allí hemos estado departiendo un rato con Antonio Mesa del Castillo, trabajador del Archivo y aficionado a la fotografía. Con él hemos charlado sobre algunas de las cámaras de la muestra, como las espías del ejército norteamericano camufladas dentro de un paquete de cigarrillos, las cámaras de regalo con forma de bote de Coca-Cola o hamburguesa de McDonalds, la maravillosa Leica IIIc... Y, entre otras muchas curiosidades, con el hemos admirado la joya de la exposición, la que en la Photokina de 1958 elogiaron como "mejor cámara de galería". Y, ¡oh sorpresa!, resulta que las siglas de la cámara Anaca salen del nombre de un español y, para más señas, murciano: Ángel Navarro Candel unió sus conocimientos obtenidos como cerrajero, ayudante de ortopedia y reparador de aparatos de rayos X a su innegable talento para crear la cámara de placas Anaca, además de otros muchos inventos. Con 88 años, lo explicaba hace pocos días en una charla dada en el dicho archivo.

La fabricación de Anaca comenzó artesanalmente en 1953 en Espinardo, un barrio de Murcia. Luego se trasladó a unas instalaciones mayores en el Polígono Industrial de La Polvorista de Molina de Segura. Anaca obtuvo en sus cámaras de galería y sus ampliadoras una calidad sobresaliente y, hasta 1978 en que la firma fue comprada por una empresa norteamericana, exportó a todo el mundo. Para los interesados en este tema recomendamos el libro Anaca, el triunfo del ingenio.

Marcial Guillen - La Opinión

«Para mí era muy importante portarme bien con los clientes. Por eso, en cuanto alguno me comunicaba que le gustaría que la cámara tuviera algún cambio, le escuchaba y rápidamente trabajaba en ello para ir perfeccionándola. Incluso llegué a adaptar una Anaca para un fotógrafo ciezano que perdió el brazo derecho en un accidente de tráfico y me pidió que por favor hiciera algo para que pudiera seguir dedicándose a esta profesión. Lógicamente, lo hice». Angel Navarro.

0 opiniones:

Publicar un comentario