PERSONALIDAD DE UNA FOTOGRAFÍA

Giacometti visto por Richard Avedon, 1958
En el retrato, el primero que se desnuda es el retratista, y hay algo de verdad en eso. Cada persona tiene su propia forma de ver el mundo, muy determinada por nuestra personalidad. La personalidad la entendemos como la manera estable, constante y habitual de ser de una persona. De vivirse a sí misma y de vivir el mundo, la vida y la relación con los demás. Es una especie de procesador que determina nuestra mirada hacia nosotros mismos (cómo nos vemos) y hacia los demás (cómo los vemos). Esta forma de ver condiciona y determina también el modo en que tenemos de relacionarnos con todo lo que nos rodea. La personalidad es, pues, la lente de la mirada.

Alberto Giacometti (1901-1966) fue retratado por Henri Cartier-Bresson (1908-2004) y por Richard Avedon (1923-2004). Ambas fotografías son el vivo reflejo sus autores, y eso condiciona al propio retratado. Bresson, esquivo y discreto, capta a un Giacometti muy en su mundo, y Avedon, mucho más frontal, invade a Alberto, que se le escapa como puede del compromiso de la relación. Ambos retratos son increíbles, porque reflejan muy bien la forma de estar en el mundo de los tres. Y es que hay fotos, que hablan por las cuatro esquinas.

Giacometti visto por Cartier-Bresson, 1932

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